En el deporte buscamos alcanzar el mejor rendimiento posible. Para ello, antes de los esfuerzos intensos y prolongados, los depósitos de carbohidratos en los músculos y el hígado deben estar bien llenos. Además, mantener un equilibrio hídrico adecuado es fundamental, especialmente para los deportistas. Por eso, la estrategia de nutrición deportiva empieza antes del entrenamiento: hay que estar bien hidratado desde el inicio.

Durante actividades largas o exigentes, el cuerpo necesita recibir regularmente tres cosas: líquidos, energía (en forma de carbohidratos) y minerales (como el sodio). Los productos de nutrición deportiva, como las bebidas isotónicas, las barritas energéticas y los geles, son ideales. Lo importante es que la energía sea rápidamente utilizable y que el agua y el sodio perdidos por el sudor se repongan con rapidez.

Maximiza la recuperación y la adaptación al entrenamiento. La recuperación también forma parte esencial de la nutrición deportiva. Si quieres volver a rendir al máximo después del ejercicio, debes rehidratarte y rellenar las reservas de glucógeno. Después del esfuerzo, el metabolismo trabaja a toda velocidad, lo que favorece una rápida reposición de los carbohidratos. Además, los músculos necesitan proteínas para los procesos de reparación y desarrollo.

En resumen: ¡no olvides tu nutrición después del entrenamiento! Una estrategia nutricional inteligente favorece el rendimiento físico y mental, acelera la recuperación y reduce el riesgo de enfermedades. El máximo rendimiento solo es posible cuando el atleta se alimenta e hidrata de forma óptima.